Capitulo XXXV ~ La que nos espera

Al día siguiente desperté en mi cabaña viendo que encima mío había un millón de pergaminos que hacían prácticamente una manta. Después de ducharme y desayunar en el Gran Comedor, fui a la casa Grande al no encontrar a Dylan por ningún lado. Cuando entré recibí la mirada furtiva del Señor D.
-Buenos días, Dioniso-Dije sonriendo y tosiendo.
El asintió despacio mirándome. Si os digo la verdad, en ese momento me recorrió un escalofrió por toda la espalda.
Unos pasos más adelante me encontré con Quiron guardando vinos. Se giró mirándome sonriente, como si guardase una sorpresa, y entonces vi una melena rubia arena, así que me acerqué más y pude observar que era…
-Hola, renacuajo-Dijo viniendo hacia mí y abrazándome con fuerza. Yo mientras estaba perplejo, pero le devolví el abrazo.
-Jane… ¿Jane, que haces aquí?-Le miré sorprendido.
-Quería asegurarme de estabas bien, eres mi hermanito, ¿recuerdas?-Me dió un beso en la mejilla-. ¿Cómo te va todo, profe de esgrima?
Me guiño un ojo riendo y yo reí nervioso. Me sentía como si volviera a ser un crío, como si volviera a tener 6 años y estuviera con ella en casa. Había cambiado mucho, ahora tenía el pelo largo caído por los hombros, el flequillo hacia un lado y largo también era alta y algo musculosa. Pero lo que no cambió de ella fueron sus ojos; color caramelo, tal y como los recordaba.
-Bien, bueno, sigue siendo difícil que algunos aprendan, pero ahora no estoy tanto por eso, desde ayer me encargo de cuidar y vigilar al nuevo campista; Dylan Stark.
-¿Uno de ojos verdes, pelo marrón, como tú de alto, y demasiado sincero?-Por si no lo dije, ella era más alta que yo por lo menos dos palmos.
-Em... sí, ¿por?
-Porque me persiguió hasta la entrada preguntándome mil cosas-No pude evitar soltar una risa ante lo que dijo. Dylan no podía evitarlo, al parecer-. Bueno os invito a ti y a tu amigo a una cacería conmigo.
-¿Eres de Artemisa?

-No, yo y mis compañeros vamos por libre. Somos la nueva competencia de las chicas de Artemisa. ¿Os apuntáis?
-Em…
Dylan entró de golpe arreglándose la camiseta del campamento manchada de maquillaje, y tenía… ¿Trenzas en el pelo? De la cara ya ni hablemos, que parecía un payaso.
-Ni, te, rías.-Me dijo de manera lenta y amenazante-. Las estúpidas de Afrodita me dijeron, ay  que mono que eres, y fui pensando que había ligado, ¡y resulta me encerraron en su cabaña haciéndome esto!
Mi hermana y yo estallamos en carcajadas y Quiron, que se hacía el distraído, sonrió disimuladamente.
-Ah y, nos apuntamos a esa misión, rubita-Me puso el brazo sobre los hombros sonriendo.

-Bien, mi grupo es el A2. El vuestro será el B. Buscar a un hijo de Apolo que os  cure, y no tenga miedo de atrapar dragones. Ni a ningún monstruo.
-¿Dragones?-Preguntamos los dos a la vez mirándonos-. ¡Lo haremos!
-¡Tío, deja de hablar al mismo tiempo que yo!-Le di una colleja en la nuca riendo y él se froto callándose.
-Bien, os espero en el bosque, al ocaso. Si no venís, no iré a buscaros-Dijo seria yéndose por la puerta.

No hay comentarios :

Publicar un comentario